¿Cómo afectó la pandemia la calidad de vida en Bogotá?

Bogotá Cómo Vamos realiza anualmente el Informe de Calidad de Vida. Este documento es una herramienta de diagnóstico que nos permite conocer cómo avanza la ciudad en los principales indicadores de bienestar de los bogotanos. En esta oportunidad puso la lupa en 13 sectores para analizar los impactos de la pandemia y entregar una serie de propuestas buscando contribuir hacia una ciudad sostenible.

¿Qué aprendimos del primer año de pandemia? Las ciudades sostenibles son más resilientes y están mejor preparadas ante impactos, como lo son las crisis sanitarias o climáticas; logrando capitalizar el escenario en una oportunidad, para transformar el territorio y el bienestar de sus habitantes.

Es innegable que la pandemia marcó retrocesos en la política social y entorno económico. En el último año, la tasa de pobreza subió, ubicándola en un 40,1%. Por otro lado, la tasa de desempleo cerró en un 17,9%; se presentó una caída en el crecimiento económico del -6,6%; aumentó de la mortalidad materna un 44,8% y en un 3,3% la desnutrición crónica en menores de cinco años, entre otros.

Ante este escenario es importante destacar los esfuerzos realizados por la Administración Distrital. Ajustó proyectos y el presupuesto del Plan de Desarrollo; gestionó iniciativas atadas a inversiones; generó incentivos económicos, como el Plan Marshall y el cupo de endeudamiento; entregó un ingreso solidario a hogares vulnerables; realizó acompañamiento social y alimentario a familias; le apostó a la educación superior con nuevos cupos estudiantiles y articuló a diferentes actores para brindar más y mejores oportunidades a la juventud.

También, se siguieron impulsando otros temas. Por un lado, la nueva agenda ambiental, materializada en el Plan de Acción Climática 2020 – 2050; por otro, las políticas y estrategias para la promoción de la bicicleta, el aumento del arbolado urbano y el enfoque de género en la agenda social.

Sin embargo, urge abordar otros. En el ámbito económico, se identificaron buenos niveles en ejecución de recursos, pero bajos logros en ejecución física. Lo anterior, plantea el reto de acelerar el cumplimiento de metas, para que la población se beneficie de los programas para el desarrollo económico y la pronta reactivación productiva. Además, es importante priorizar la ejecución de proyectos, como el Plan Marshall y el cupo de endeudamiento, así como de instrumentos para la generación de empleo formal.

Es comprensible que el sector salud enfrente un desafío. No obstante, es momento de analizar las fallas y retos del sistema para así orientar las acciones y fortalecer el modelo de atención primaria; donde se requieren de vínculos estrechos, entre las áreas públicas, privadas y no gubernamentales, tanto al interior como fuera de los servicios, para que tengan impacto sobre la salud y sus determinantes.

Otro ámbito, es la seguridad y convivencia ciudadana. Ésta debe ser un soporte esencial de la reactivación económica y social, para garantizar la tranquilidad en la reapertura.

Finalmente, es importante, para la capital del país, impulsar un desarrollo urbano sostenible que aborde las desigualdades territoriales en términos ambientales; integrando los componentes urbano, ambiental y rural en la planeación. Hay que seguir apostando por la transformación de sectores, como la es la transición del parque automotor a tecnologías limpias, entre otras, de tal forma que Bogotá siga trabajando en los grandes retos de mitigación y adaptación al cambio climático.

Invitamos a todas las personas conocer el informe de calidad de vida de Bogotá Cómo Vamos, el cual permite obtener una mirada desde una perspectiva objetiva, independiente y rigurosa. A partir de un análisis de datos y de los resultados de los principales indicadores, busca contribuir en el diálogo y los caminos hacia una ciudad sostenible.

Por: Felipe Bogotá, director de Bogotá Cómo Vamos

director@bogotacomovamos.org

Columna de opinión publicada en EL TIEMPO, 30 de julio de 2021