En 2013, se duplicó el número de ciudadanos que en la Encuesta de Percepción Ciudadana respondió que usa la motocicleta como medio principal de transporte, pasó de 4% en 2012 a 7% en 2013. Esto quiere decir que cada día más personas escogen la motocicleta para moverse por Bogotá. Sin embargo, el año pasado murieron 122 motociclistas lo que los convierte en la segunda víctima de accidentes de tránsito después de los peatones.
En temas ambientales, las motocicletas representan el 11% de las emisiones de material particulado en la ciudad, por encima de los vehículos particulares, camperos y camionetas y muy cerca de Transmilenio que produce el 12%. Entre junio de 2011 y febrero de 2013, de las 872 motocicletas de dos tiempos que fueron revisadas en la vía, 443 no cumplieron con la norma. Algo similar pasó con las motocicletas de 4 tiempos que fueron revisadas, pues el 46,9% de las 10.310 motocicletas revisadas en la vía no cumplieron con la norma.
A pesar de que entre 2009 y 2011 la ciudad realizó avances regulatorios para que las motocicletas de dos tiempos dejen de circular en la ciudad y se hicieron modificaciones para prohibir maniobras peligrosas de los motociclistas, estas no han tenido efectos reales en la ciudad. En abril de 2014, se pospuso nuevamente la creación de un plan de mitigación de los efectos que las motocicletas de dos tiempos tienen sobre el medio ambiente. Es hora de que las autoridades tomen acción para evitar que las motocicletas contaminantes salgan de operación.
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Esta columna fue publicada hoy en ADN