
Bogotá Cómo Vamos y la Veeduría Distrital diseñaron e implementaron una metodología de valoración y de seguimiento a las estrategias de gestión social en proyectos de infraestructura de la ciudad. La nueva herramienta consta de siete principios, 15 atributos y 145 criterios que fueron aplicadas a 6 obras de infraestructura pública.
Bogotá Cómo Vamos y la Veeduría Distrital diseñaron e implementaron una metodología para la valoración y el seguimiento a las estrategias de Gestión Social de Proyectos de Infraestructura Pública GESPI en Bogotá, con el propósito de brindar recomendaciones y generar alertas encaminadas a cualificar la formulación de los planes de gestión social que lleven a cabo las diferentes entidades del Distrito.
Se entiende por gestión social el conjunto de actividades mínimas e integradas que se implementan durante todo el ciclo de los proyectos para mejorar la calidad de vida, garantizar derechos de la ciudadanía y fomentar el cuidado de lo público. Además, permite identificar las características de los territorios, poblaciones o sectores donde se desarrollan las obras, anticiparse a los impactos negativos de la intervención e influir en la reducción de riesgos de corrupción e ineficiencias administrativas por sobrecostos de los proyectos que se ponen en marcha.
La nueva metodología se aplicó a seis proyectos: Transmicable, Primera Línea del Metro de Bogotá PLMB, Transmilenio por la carrera Séptima, Centro Felicidad del Parque El Tunal, Hospital de Bosa y Rehabilitación y reconstrucción de la malla vial local de la Localidad de Santa Fe.
El instrumento desarrollado por Bogotá Cómo Vamos y la Veeduría Distrital prioriza, como aspectos fundamentales para una adecuada gestión social de los proyectos de infraestructura pública la sostenibilidad, la mitigación de impactos, el cumplimiento de compromisos, el servicio a la ciudadanía, la participación ciudadana, el acceso a la información y la capacidad institucional.
Pese a que el análisis de las seis obras arroja un avance general del 66% en la inclusión de acciones mínimas que deben formar parte de las estrategias de gestión social, aún persisten varios retos en el acceso a información, en la comunicación con la ciudadanía, en el cumplimiento de compromisos, en la coordinación interinstitucional y en la participación ciudadana.
Para el caso de los proyectos la inclusión de acciones mínimas que deben formar parte de GESPI registra el siguiente avance: Transmicable 80 %; Transmilenio por la Séptima 79 %; Primera Línea del Metro 72 %; Hospital de Bosa 63 %; Malla vial en la localidad de Santa Fe 58 %; y Centro Felicidad El Tunal 46 %.
Los principios que registran mayor avance, según la información recopilada, son: Mitigación de impactos 77 %, Participación ciudadana 73 %, Servicio a la ciudadanía 71 %, y Sostenibilidad 70 %. Por su parte, los menores avances se presentan en el Cumplimiento de compromisos 54 %, la Capacidad institucional 58 % y el Acceso a la información 67 %. La meta es llegar al 100 % en el cumplimiento de las acciones mínimas en cada uno de los siete principios priorizados.
Uno de los retos identificados es que la ciudad no cuenta con lineamientos comunes que orienten las estrategias de GESPI de todas las entidades del Distrito, por lo cual las mismas dependen de la experticia acumulada de cada entidad, de la voluntad de quien lidere el proyecto a ejecutarse o de la capacidad de la ciudadanía para exigir la realización de acciones de relación con la comunidad.
La nueva Administración Distrital debe definir lineamientos generales para el diseño e implementación de estrategias de GESPI con el fin de que las mismas respondan a esfuerzos sistemáticos, intencionados e integrales de fortalecimiento de la relación de las entidades con la ciudadanía.
Además, se debe fortalecer una comunicación constante con la ciudadanía, a través de mecanismos de transparencia activa; acceso a la información pública clara y oportuna; cumplir los compromisos que se suscriban con la ciudadanía; promover veedurías ciudadanas e iniciativas de control social; fomentar la cultura ciudadana para la apropiación de las obras de infraestructura y el cuidado de lo público; favorecer la coordinación interinstitucional para el desarrollo de las obras; e implementar mecanismos de seguimiento y evaluación a las acciones de mitigación de riesgos en todo el ciclo de los proyectos de infraestructura, entre otros aspectos.