Hacia nuevas formas de movilidad sostenible en las ciudades

Cómo repensar los problemas de movilidad a la luz de las nuevas tecnologías, qué hacer respecto a las crecientes plataformas digitales, cómo actuar frente al incremento de patinetas y bicicletas eléctricas en las ciudades y cómo incentivar el uso del transporte público, algunos de los retos clave en materia de movilidad urbana. Análisis del director de Bogotá Cómo Vamos, Omar Oróstegui Restrepo.

Por: Omar Oróstegui Restrepo 

Director Bogotá Cómo Vamos

director@bogotacomovamos.org

Cómo repensar los problemas de movilidad a la luz de las nuevas tecnologías, cuáles son los retos que tienen los gobiernos para regular las crecientes plataformas digitales, qué hacer con el incremento de patinetas y bicicletas eléctricas en las ciudades y cómo incentivar el uso del transporte público y desincentivar el del carro particular fueron algunas de las preguntas que se plantearon en el Seminario Internacional de Transporte realizado la semana pasada en Washington, por iniciativa del Banco Mundial y el World Resources Institute.

Otras de las inquietudes planteadas giraron en torno a qué estrategias deben crearse para ayudar a reducir las fatalidades de tránsito con peatones y cuál es el potencial de los datos abiertos para mejorar la movilidad.

Tuve la oportunidad de asistir a este encuentro por invitación de la iniciativa Bloomberg y compartir con expertos y académicos las reflexiones que están teniendo lugar hoy en las principales ciudades del mundo alrededor del transporte y la movilidad sostenible.

Para empezar, hay varios hechos comunes en la mayoría de ciudades: el incremento del vehículo particular en países en vía de desarrollo, en donde es cada vez más común ver carros con un solo ocupante; la irrupción de las plataformas digitales y nuevos modelos de transporte; el creciente uso de patinetas para trayectos cortos y la atracción que generan los vehículos eléctricos y la necesidad de incentivar su uso en el transporte público para mejorar la calidad del aire.

Es clara, también, la demanda por mayor y mejor infraestructura para la movilidad, que no se reduce exclusivamente al transporte público sino que debe tener como protagonista a los ciudadanos que optan por desplazarse en medios no motorizados, donde quienes caminan deben tener la prioridad.

El ciudadano es quien decide cómo movilizarse y cada vez es más consciente de los costos que conlleva desplazarse en el menor tiempo posible y cómodamente; de ahí que las plataformas digitales estén tomando fuerza y que los expertos se atrevan a hablar de una ‘Ubernización’ para explicar cómo la tecnología y la innovación digital transforman la forma en que nos movemos.

Pero, ¿están preparados los gobiernos para responder a estos retos? No siempre. Mientras la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, las legislaciones lo hacen a uno más lento. Y estos vacíos de regulación están siendo aprovechados por modelos de negocio que ven en ellos una oportunidad de mercado.

Patinetas eléctricas, un desafío

Me llamó la atención la preocupación que expresaron varios alcaldes de distintas ciudades del mundo frente al negocio de alquiler de patinetas eléctricas, un modelo hasta ahora en ciernes en Bogotá. Por lo regular, se encuentran en el espacio público y no hay restricción alguna para quien decida montarse en ellas: simplemente baja la aplicación, ingresa sus datos personales y financieros, y listo. De ahí que sea un negocio llamativo y con un crecimiento exponencial. Frente a ello, el debate se centró en el tema de impuestos, alternativas de reglamentación, regulación de tarifas, usufructo del espacio público con fines económicos privados y el tipo de infraestructura que requiere la ciudad para facilitar estos desplazamientos.

Este modelo de negocio, según los distintos mandatarios, no beneficia a todos los ciudadanos por igual, pues las patinetas se ubican en zonas con mayor poder adquisitivo y las tarifas son altas para trayectos tan cortos. Frente a esto, los alcaldes no saben qué hacer y no están preparados para dicha innovación.

Estos debates son una oportunidad para repensar los modos de desplazamiento en el siglo XXI y la necesidad de actualizar el transporte público para hacerlo más amigable con el medio ambiente, seguro, incluyente y eficiente.

Aunque a primera vista suena fácil, no es tan sencillo, pues significa competir con muchas alternativas hoy en día. Los gobiernos, además de actualizar las regulaciones, deben crear incentivos para que la gente se suba más al transporte público y se baje del motorizado. Otros retos: diseñar ciudades para facilitar la movilidad a través de todos los modos posibles; generar excepciones tributarias para los vehículos eléctricos e incluso repensar los modelos tarifarios del transporte público, para que el costo del pasaje sea económico y motive a más gente a usarlo.

Tampoco se puede pasar por alto al peatón. Ciudades caminables son ciudades amigables y sostenibles. No es suficiente con ampliar los andenes; también se requiere rediseñar el espacio público y garantizar su seguridad en la vía.

Estrategias como Visión Cero son un buen ejemplo. Vale la pena mencionar que el caso bogotano fue reconocido en este evento, por muchos expertos, como una estrategia exitosa de seguridad vial por sus políticas de reducción de velocidad, diseño de vías seguras y mejor infraestructura vial en los entornos escolares.

Por último, en esta cuarta revolución industrial, es fundamental que los gobiernos y las compañías compartan los datos de movilidad de la ciudad, pues a través de los datos abiertos se está democratizando la información y motivando a que muchas personas planteen soluciones reales a partir de la evidencia de los datos.

Lo cierto es que la calidad de vida en las ciudades pasa por tener una movilidad sostenible en donde la innovación tecnológica puede ser una aliada o un gran desafío.

 

* Artículo publicado en el diario El Tiempo