De acuerdo con las últimas cifras del DANE, la tasa de pobreza monetaria (40,1%) y el desempleo (19,5%) han llegado a niveles históricos en Bogotá; sin embargo, estos indicadores son preocupantes al observar que la tasa de desempleo juvenil alcanzó un resultado del 29,9%. Ahora, según la última encuesta virtual #miVozmiCiudad, realizada por Bogotá Cómo Vamos, los jóvenes se mostraron como los menos optimistas; solo un 15% afirmó que las cosas van por buen camino. Tal vez, no sea casualidad, que el dramático momento que estamos viviendo en la última semana como país, tiene como a uno de sus protagonistas a los jóvenes.
En este contexto, la generación de oportunidades para la juventud no solo es una cuestión de derechos, también es un camino rentable e importante en términos sociales y económicos. Para esto es indispensable que la reactivación económica sea incluyente con equivalencia y énfasis en brindar oportunidades de empleo; por ejemplo, en los diferentes proyectos de infraestructura que tendrá la ciudad. Por otro lado, es un momento propicio para realizar un pacto socioeconómico público-privado donde se logren armonizar los intereses de la academia, la empresa y el sector público, en pro de una juventud, con garantías mínimas sociales, educación de calidad y trabajo digno.
Por último, la revolución tecnológica se ha acelerado y tomado fuerza en los últimos años, esta debería tener como eje la capacitación e involucramiento laboral de la juventud; de tal forma que ayude a cerrar las brechas existentes para este grupo en términos de su calidad de vida.
Por: Felipe Bogotá, director de Bogotá Cómo Vamos.
Columna publicada en Diario Gratuito ADN, 6 de mayo de 2021