Los bicitaxis en Bogotá

La creación de una plataforma tecnológica para gestionar y calificar el servicio, llevar el registro de vehículos y conductores, hacer seguimiento a los permisos de operación otorgados y registrar el valor de las tarifas –que también serán objeto de regulación- resultará muy útil para conocer, caracterizar y medir el funcionamiento de esta modalidad de transporte, de la cual se tiene hoy escasa información.

Omar Oróstegui Restrepo 

Director Bogotá Cómo Vamos

director@bogotacomovamos.org

La reglamentación del servicio de transporte que prestan los bicitaxis en Bogotá y en otras partes del país es un gran paso para controlar su circulación en las distintas zonas de la ciudad -donde suelen alimentar el transporte público- a fin de  garantizarles a los usuarios una movilidad segura, que debe ser el principal objetivo.

La creación de una plataforma tecnológica para gestionar y calificar el servicio, llevar el registro de vehículos y conductores, hacer seguimiento a los permisos de operación otorgados y registrar el valor de las tarifas –que también serán objeto de regulación- resultará muy útil para conocer, caracterizar y medir el funcionamiento de esta modalidad de transporte, de la cual se tiene hoy escasa información.

Sin duda, se estaba en mora de reglamentar el servicio, que requiere prestarse de forma organizada y segura; de allí la importancia de exigirles a los bicitaxistas, y a la empresa que los agremie, cumplir requisitos mínimos para circular en las ciudades. Cabe rescatar, entre otros: obtener permiso de operación, transitar por zonas de bajo flujo vehicular, establecer áreas de parqueo, realizar mantenimiento a los vehículos y los conductores, en particular, ser mayores de edad y contar con licencia de conducción.

Esta reglamentación  autoriza la prestación del servicio a tricimóviles no motorizados o con pedaleo asistido eléctrico. No incluye a los bicitaxis con motor de combustión.

Otro aspecto importante de la normatividad expedida, y que brinda tranquilidad a usuarios y conductores, es que quienes operen el servicio deberán adquirir seguros que amparen a los pasajeros.

Ahora, le corresponderá al Distrito definir las reglas de juego para su operación en la ciudad. Es necesario homologar estos vehículos, establecer las zonas donde podrán circular, sus rutas y paraderos, sus especificaciones de seguridad y las tarifas que podrán cobrar, entre otros detalles.

Es necesario, de igual forma, que los conductores reciban capacitación en normas de tránsito y límites de velocidad. Los bogotanos merecen un transporte cómodo, tranquilo y, por encima de todo, seguro.

* Columna de opinión del director publicada en el Diario ADN