¿Qué pasa con la tolerancia en Bogotá?

Esta semana se han presentado varios casos de intolerancia que no pueden pasar desapercibidos, algunos incluso, han dejado víctimas fatales. Urge trabajar para mejorar la tolerancia en la ciudad.

En menos de una semana los titulares de prensa muestran que la intolerancia se convirtió en uno de los problemas más graves de la ciudad. Casos como el de Leonardo Licht, el joven de 22 años que tras reclamarle a un hombre que pagara el pasaje en TransMilenio fue agredido con arma blanca y murió, o el de un ciudadano al que un conocido lo asesinó con arma de fuego mientras juntos departían en una tienda, muestran que en Bogotá no sabemos resolver conflictos de forma pacífica, que, desafortunadamente, la violencia sigue siendo la alternativa para muchos ciudadanos.

Las cifras también lo sustentan. Según la Encuesta de Percepción Ciudadana, los bogotanos piensan que tan solo 3 de cada 10 personas se comportan bien con los niños, discapacitados y vecinos; solo 2 de 10 lo hacen frente a las mujeres, la vida y las minorías étnicas; y únicamente una persona de cada 10 se comporta bien frente a los desplazados, los reinsertados y aquellos ciudadanos con diversa orientación sexual. Según Medicina Legal, en el año 2015 en Bogotá se registraron 28.243 casos de violencia interpersonal.

Estos datos no pueden pasar desapercibidos y sustentan realidades como las citadas por los medios, sin contar las que no salen a la luz pública.

Cambiar esta situación requiere de un esfuerzo enorme por parte de las autoridades y de la Administración, urgen campañas ciudadanas que nos recuerden el valor de perdonar, de ponerse en el lugar del otro para entenderlo, de aprender a respetar las diferencias, de valorar lo más sagrado de un ser humano, su vida y su integridad. Pero este no es un tema solo del Distrito, de quienes viven en la capital depende que en Bogotá la intolerancia deje de cobrar más vidas.