¡Qué vuelva la cultura ciudadana!

Hace más de dos décadas, en Bogotá floreció un concepto que hoy es común en los debates públicos pero que en el contexto cotidiano parece haber perdido sentido y rumbo: la cultura ciudadana. Este tema, que en su momento replicaron varias ciudades del mundo, no puede volverse paisaje. Hay que volver a su origen.

Omar Oróstegui Restrepo 

Director Bogotá Cómo Vamos

director@bogotacomovamos.org

Hace más de dos décadas, en Bogotá floreció un concepto que hoy es común en las discusiones a diario entre los bogotanos pero que en el contexto cotidiano parece haber perdido sentido y rumbo: la cultura ciudadana.

Este tema, que en su momento replicaron varias ciudades del mundo, no puede volverse paisaje. Hay que volver a su origen.

La más reciente encuesta de cultura ciudadana de Corpovisionarios, que entrevistó a 3.630 personas, nos muestra, con preocupación, un creciente rechazo a personas de nacionalidad distinta (intolerancia pasó del 3% al 12%), a gente que profesa una religión diferente (pasó del 4% a 12%) y a enfermos de VIH (en este caso, la intolerancia subió del 20% a 32%).

¿Qué pasa con el respeto a la diferencia? ¿Cómo estamos construyendo nuestras relaciones interpersonales? ¿Cómo nos estamos relacionando con nuestro entorno? El buen comportamiento y la empatía se alimentan en el seno de la familia, se fortalecen en el aula de clase y se catapultan con estrategias de política pública que alienten la tolerancia y la solidaridad en distintos espacios de convivencia.

La cultura ciudadana no puede restringirse al ámbito institucional. De nada sirve contar con equipos de trabajo en el tema, en distintas secretarías distritales, si el bogotano de a pie no asume ni pone en práctica la razón de ser de este concepto, que se basa en la convivencia y en los cambios de comportamiento sin necesidad de la coerción o la sanción económica. El esfuerzo por construir una sociedad más tolerante debe cimentarse en un compromiso personal con la defensa del bien público, del bienestar colectivo y de la calidad de vida.

En época de redes sociales, donde muchos comparten los malos comportamientos en Transmilenio, las acciones de quienes ejercen por mano propia la justicia cuando capturan a un ladrón o las peleas entre vecinos por problemas de convivencia, qué bueno sería recordar para qué nos sirve la cultura ciudadana.

 

* Columna de opinión del director publicada en el Diario ADN