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Desigualdad y pobreza, factores que explican inseguridad alimentaria en…

  • Informe de Bogotá Cómo Vamos reveló buenos resultados en Teusaquillo y Fontibón.

La situación nutricional de la primera infancia mejoró en 11 localidades de Bogotá, sin embargo, la brecha entre el norte y el sur de la ciudad se intensificó durante el último año, principalmente por factores socioeconómicos como la crisis generada por la pandemia.

Esa fue una de las conclusiones el informe ‘Índice de situación nutricional en la primera infancia en Bogotá 2021’, documento de Bogotá Cómo Vamos (BCV) y la Fundación Éxito que permite identificar las zonas de la capital en donde hay hogares con la mayor inseguridad alimentaria y nutricional de niños y niñas menores de 6 años y que fue presentado ayer en la Universidad Javeriana.

En el documento, que por primera vez compara los resultados con los años 2019 y 2020, se resalta que durante el 2021 se registró una recuperación en la situación nutricional de la primera infancia en 11 de las 19 localidades analizadas, con respecto al periodo anterior.

“Analizamos 34 variables agrupadas en tres dimensiones: socioeconómica, seguridad alimentaria y estado nutricional. Esto nos permitió concluir que las localidades con el mejor desempeño –puntaje– en términos de situación nutricional son Teusaquillo, Barrios Unidos, Usaquén y Fontibón”, señaló Felipe Mariño, director del programa Bogotá Cómo Vamos.

Las tres localidades que más posiciones avanzaron en el Índice frente a 2020 fueron: Fontibón (de la posición 10 a la 4), Barrios Unidos (del 5 al 2 lugar) y San Cristóbal (de la 17 a la 14). Además, entre las que más retrocedieron se encuentran Los Mártires (siete posiciones) y Chapinero (cinco puestos).

Factores socioeconómicos

Una de las conclusiones del equipo de investigación de Bogotá Cómo Vamos es que las cuatro localidades con mejor puntaje tienen un patrón común. “Son la zonas en las que su dimensión socioeconómica es mejor y es importante porque es un dato que está atado al de pobreza multidimensional. Lo opuesto ocurre en Bosa, Rafael Uribe Uribe, Ciudad Bolívar y Usme, donde esas condiciones son bajas y las cuales agrupan el 25 % de concentración de la primera infancia”, agregó Mariño.

En ese sentido, Alejandro Gómez, secretario de Salud, señaló que estos resultados son muestra de un “malestar social” y que los resultados no son solo un problema del sector salud, sino de todas las entidades, en incluso, del sector privado y social.

“El informe es clave porque nos deja ver que la zona sur de la ciudad es donde hay más carencias y pobreza; además, que es la depositaria de más procesos migratorios y que es allí donde debe haber mayor atención por parte del estado”, dijo el funcionario.

Y es que, según la Encuesta Multipropósito de Bogotá 2021, el Índice de Pobreza Multidimensional para Bogotá fue de 5,7 por ciento, que en comparación con el dato del 2017 significa un aumento de dos puntos porcentuales. Esto se evidencia en que, según la encuesta del Dane, en la mayoría de las localidades aumentó el indicador de pobreza multidimensional.

“Hay una relación muy fuerte entre la situación nutricional y la pobreza. Según los datos más recientes del Dane, hay tres millones de personas en situación de pobreza en Bogotá y 800.000 en pobreza extrema. Es decir, estamos viviendo niveles que superan en casi 10 puntos porcentuales los que observábamos en el 2012”, señaló el economista y exdirector del Dane Juan Daniel Oviedo.

Con respecto a reducir la pobreza y la desigualdad, y en ese sentido mejorar los indicadores de la situación nutricional de la primera infancia, BCV señaló que “es momento de apuntar que los programas asistenciales, generan dependencia económica, por lo tanto, no pueden ser tomados como una solución de largo plazo (…) en cuanto que solo son medidas paliativas: se requiere voluntad política de cambio y políticas de fondo para lograr transformarlos”.

Un opinión similar tiene Santiago Mazo, coordinador de proyectos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

“Esto no se soluciona con mercados ni con transferencias monetarias y mucho menos con ollas comunitarias, eso es lo más bajo que puede caer la inseguridad alimentaria de una persona. Este tema debe tener abordajes estructurales”, dijo Mazo.

Por su parte, Luis Jorge Hernández, director de investigaciones de la Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes, opinó que también se deben tener en cuenta factores ambientales, territoriales y la falta de vigilancia a las políticas públicas enfocadas en nutrición y seguridad alimentaria explican los datos. “No me extraña que los datos estén deteriorados y eso no es culpa de la migración”, afirmó.

Además, agregó que «hay tres indicadores que no se deberían cargar al sector salud: los de desnutrición, de embarazos en adolescentes y tasa de suicidio porque los demás sectores se desligan de ellos. Esos son indicadores sociales que deben generar movilización.

Iliana Curiel, directora de Salud Colectiva de la Secretaría de Salud, la solución está en empezar a hablar en agricultura urbana –algo en lo que coincide Mazo– y en escuchar a los niños.

“Tenemos que hacer una incidencia política fuerte, además de humanizar el dato. La salud es política y para tomar decisiones de salud hay que hablar política y los medicos y pediatras tenemos que empezar a hablar del tema para tener incidencia. (…) Hay que rescatar el pensamiento democrático del niño y dejar de generar políticas públicas desde el ‘adultocentrismo’”, señaló.

Seguridad alimentaria

El informe revela que en las 19 localidades analizadas disminuyó la seguridad alimentaria, con respecto a los datos de 2017. En este indicador, Teusaquillo volvió a presentar los mejores resultados, con una prevalencia del 91,5 %, seguida por Usaquén (84,6 %) y Barrios Unidos (77,7 %). Las localidades con mayor situación de inseguridad alimentaria son Rafael Uribe Uribe, Tunjuelito y Bosa.

En ese sentido, el mensaje por parte de Bogotá Cómo Vamos es claro: “Es importante analizar el sistema distrital de abastecimiento de alimentos, su organización logística y los circuitos de comercialización con otras zonas, para garantizar la disponibilidad y oferta de los alimentos”, puntualizan desde el programa.

En cuanto a los datos de desnutrición crónica o retraso en talla en menores de cinco años en Bogotá, el indicador llegó al 11 por ciento, lo que equivale a una caída de 4,48 puntos porcentuales con relación a 2020.

Asimismo, a nivel distrital, el indicador de proporción de lactancia materna en menores de seis meses aumentó a 69 por ciento en el 2021, es decir, 20 puntos porcentuales con respecto a 2020. Con respecto al indicador de bajo peso al nacer, las localidades con mayor prevalencia fueron San Cristóbal (17,3 %), Antonio Nariño (17 %) y Usme (16,3 %).

Por último, el indicador de exceso de peso en niños menores de 5 años en la ciudad en el año 2021 fue de 4,45 % (en 0,63 puntos por debajo de 2020).

Las recomendaciones del informe

Tras analizar los resultados, Bogotá Cómo Vamos (BCV) y la Fundación Éxito realizaron una serie de recomendaciones de política pública aplicable a los diferentes sectores:

• Analizar el sistema distrital de abastecimiento de alimentos, el acceso al derecho al agua potable, así como la promoción de la producción local de alimentos de la Bogotá-Región, los derechos del consumidor y su conciencia sobre los productos que adquiere.

• Hacer tránsito de políticas asistenciales a políticas basadas en enfoque de derechos.

• Diseñar e implementar un Plan Integral Transectorial de generación de empleo, fomento a la productividad y reactivación económica, haciendo énfasis en la población de las localidades de Usme, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe, Bosa y Tunjuelito.

• Incorporar el enfoque familiar, en lugar del individual, a las políticas públicas dirigidas a la primera infancia.

• Implementar la Guía de Prevención y Manejo Del Riesgo y la Desnutrición Crónica realizada en 2019 por la alianza entre Fundación Santa Fe, Fundación Éxito, ICBF y las Secretaría Distritales de Salud y de Integración Social SDS – SDIS.

• Promover y facilitar la participación de niñas, niños y adolescentes en la toma de decisiones relacionadas con la construcción de los procesos políticos en donde se involucren los derechos de la primera infancia.

• Mejorar la ‘justiciabilidad’ del derecho a la alimentación, puede ser a través de una jurisdicción especial o a nivel administrativo.

• Fomentar la creación de procesos de veedurías ciudadanas de recursos dirigidos a la primera infancia.

Por: Camilo Castillo, Redacción Bogotá EL TIEMPO

Foto: Alexánder Marroquín / Universidad Javeriana

Publicado en el periódico El Tiempo, 07 de diciembre de 2022

Comunicados

En 2021, 11 localidades mejoraron la situación nutricional de…

 

  • El programa Bogotá Cómo Vamos y la Fundación Éxito presentan el Índice de Situación Nutricional en la Primera Infancia en Bogotá 2021.
  • Se analizaron 34 variables agrupadas en 3 dimensiones: socioeconómica, seguridad alimentaria y estado nutricional.
  • Usme, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe, Bosa y Tunjuelito son las localidades con los resultados más bajos. Se destacan Teusaquillo, Barrios Unidos, Usaquén y Fontibón con un desempeño alto.
  • El índice se calculó para 19 localidades, a excepción de Sumapaz. Al ser una localidad rural, los datos provenientes de la Encuesta Multipropósito no son comparables con los datos para el área urbana.

Bogotá, 07 de diciembre de 2022. El programa Bogotá Cómo Vamos y la Fundación Éxito presentan el Índice de Situación Nutricional en la Primera Infancia en Bogotá 2021. Esta es la tercera medición que permite comparar los años 2019, 2020 y 2021 y la entrega del tercer documento sobre nutrición y primera infancia durante este año.

En el Índice se evidencia que 2021 registró una recuperación en la situación nutricional de la primera infancia en Bogotá con un mejor desempeño al año anterior en 11 de 19 localidades analizadas y una localidad que se mantuvo igual. Si la comparación se hace entre 2019 y el año siguiente, solo 4 localidades mejoraron para 2020 y una también se mantuvo igual. Lo que evidencia un mejoramiento en las condiciones de nutrición y seguridad alimentaria después de los momentos más difíciles de la pandemia.

A pesar de que hubo un avance frente al año anterior, la desigual en la situación alimentaria y nutricional aumentó, existe una mayor diferencia entre las mejores y peores localidades comparada con años anteriores. En 2019 y 2020 doce localidades se encontraban en desempeño alto y medio alto y para 2021 bajaron a diez. Así mismo, preocupa que al mirar el mapa de la situación nutricional se nota una segregación socioespacial, las localidades hacia el sur de la ciudad, a excepción de La Candelaria, tienen un desempeño medio bajo y bajo. El deterioro se intensifica hacia la periferia donde Usme, Ciudad Bolívar y Rafael Uribe tienen los peores resultados.

El Índice Nutricional 2021 es una herramienta que mide por localidad el nivel de inseguridad alimentaria nutricional de niños y niñas menores de 6 años y analiza 34 variables agrupadas en 3 dimensiones: socioeconómica, seguridad alimentaria y estado nutricional. Este documento tiene un enfoque de Derecho a la Ciudad y de la Nueva Agenda Urbana con sus 8 componentes Comunpara favorecer el derecho a la alimentación y es un insumo clave de información objetiva y territorializada a nivel localidad para la gestión de la administración distrital y los gobiernos locales y permite brindar recomendaciones de política pública aplicable a los diferentes sectores.


DATOS CLAVE  

ÍNDICE 2021

Los resultados se miden en 4 categorías de desempeño: Alto (75 y más), Medio Alto (50 a 74), Medio Bajo (25 a 49), Bajo (Menor de 25).

  • Teusaquillo con un Índice de (99) es la localidad donde más se favorece la seguridad alimentaria y nutricional a los niños y niñas menores de 5 años y se garantiza el derecho a la alimentación. Por tercer año consecutivo se mantuvo en la posición número 1 y ocupa el número 1 en las tres dimensiones.
  • Las localidades clasificadas en nivel alto y medio-alto son: Teusaquillo (99), Barrios Unidos (82), Usaquén (81), Fontibón (76), Suba (74), Puente Aranda (70), Chapinero (69), Engativá (67), Candelaria (60) y Kennedy (57).
  • Las localidades clasificadas con nivel medio-bajo y bajo son: Mártires (48), Antonio Nariño (48), Santa Fe (39), San Cristóbal (36), Tunjuelito (35), Bosa (34), Rafael Uribe Uribe (27), Ciudad Bolívar (22) y Usme (11).
  • Las 3 localidades que más posiciones avanzaron en el Índice frente a 2020 fueron: Fontibón (de la posición 10 a la 4), Barrios Unidos (del 5 al 2 lugar) y San Cristóbal (de la 17 a la 14). Las 3 presentaron avances en las 3 dimensiones del índice. Fontibón y San Cristóbal se destacaron en seguridad alimentaria y Barrios Unidos en estado nutricional.
  • Las 3 localidades que requieren mayor atención por las políticas públicas de nutrición y seguridad alimentaria a la primera infancia son: Usme (11), Rafael Uribe Uribe (27) y Tunjuelito (35). Obtuvieron resultados bajos en el Índice y presentan una tendencia negativa desde 2019.

 

DIMENSIÓN SOCIOECONÓMICA

Se mide a través del Índice de Pobreza Multidimensional.  Entiende que la seguridad alimentaria y nutricional de los niños y niñas depende de las condiciones socioeconómicas del hogar al que pertenecen.

  • Según el índice de desarrollo regional para Latinoamérica, de 182 territorios analizados, Colombia es el país con las mayores desigualdades territoriales.
  • En Bogotá, aunque el coeficiente Gini disminuyó de 2020 (0,559) a 2021 (0,528), se mantuvo por encima de 2019 (0,513) y mayor 0,005 que a nivel nacional.
  • La pobreza monetaria para Colombia tuvo un comportamiento similar a Gini porque disminuyó de 2020 (42,5 %) a 2021 (39,3 %), pero fue mayor que en 2019 (35,7 %).

 

DIMENSIÓN DE SEGURIDAD ALIMENTARIA

Se mide a través de la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria -ELCSA. Esta encuesta evalúa el acceso que tienen los hogares a alimentos nutritivos para llevar una vida sana y activa. 

  • Según los resultados de la metodología ELCSA adaptada a la Encuesta Multipropósito de Bogotá -EMB 2021, el 35% de los hogares tiene algún grado de inseguridad alimentaria en Bogotá.

 

Comparativo EMB año 2017 frente al año 2021:

  • En las 19 localidades disminuyó la percepción de Seguridad Alimentaria. Tunjuelito, Rafael Uribe Uribe, Usme, Bosa y Mártires fueron las localidades que tuvieron mayor disminución.
  • Las localidades con mejor percepción de seguridad alimentaria son Teusaquillo (91.5%), Usaquén (84.6%), Barrios Unidos (77.7%), Suba (79.2%) y Fontibón (78.6%).
  • Las localidades con mayor situación de inseguridad alimentaria son Rafael Uribe (58.4%), Tunjuelito (54.3%), Bosa (51.5%), Usme (50.6%), Ciudad Bolívar (48.8%), San Cristóbal (44.2%) y Antonio Nariño (42.9%).

 

DIMENSIÓN DE ESTADO NUTRICIONAL

Se compone de 4 indicadores que miden el estado nutricional de la primera infancia y que impactan en habilidades cognitivas, de aprendizaje y psicosociales que repercuten en indicadores educativos y laborales a largo plazo: bajo peso al nacer, desnutrición crónica o retraso en talla, lactancia materna exclusiva en menores de 6 meses, exceso de peso.

  • 7 localidades mejoraron su posición en esta dimensión (Tunjuelito, Bosa, Kennedy, Barrios Unidos, Puente Aranda, Candelaria, Ciudad Bolívar).
  • 7 localidades empeoraron su posición: (Usaquén, Chapinero, Santa Fe, San Cristóbal, Fontibón, Mártires, Antonio Nariño).
  • 5 se mantuvieron en la misma posición (Usme, Engativá, Suba, Teusaquillo, Rafael Uribe).

 

RECOMENDACIONES

  • Analizar el sistema distrital de abastecimiento de alimentos, el acceso al derecho al agua potable, así como la promoción de la producción local de alimentos de la Bogotá-Región, los derechos del consumidor y su conciencia sobre los productos que adquiere.
  • Hacer tránsito de políticas asistenciales a políticas basadas en enfoque de derechos.
  • Diseñar e implementar un Plan Integral Transectorial de generación de empleo, fomento a la productividad y reactivación económica, haciendo énfasis en la población de las localidades de Usme, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe, Bosa y Tunjuelito.
  • Incorporar el enfoque familiar, en lugar del individual, a las políticas públicas dirigidas a la primera infancia.
  • Implementar la Guía de Prevención y Manejo Del Riesgo y la Desnutrición Crónica realizada en 2019 por la alianza entre Fundación Santa Fe, Fundación Éxito, ICBF y las Secretaría Distritales de Salud y de Integración Social SDS – SDIS.
  • Promover y facilitar la participación de niñas, niños y adolescentes en la toma de decisiones relacionadas con la construcción de los procesos políticos en donde se involucren los derechos de la primera infancia.
  • Mejorar la justiciabilidad del derecho a la alimentación, puede ser a través de una jurisdicción especial o a nivel administrativo.
  • Fomentar la creación de procesos de veedurías ciudadanas de recursos dirigidos a la primera infancia.

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  • Desde 2019, Bogotá Cómo Vamos y Fundación Éxito trabajan en alianza para socializar, con información y datos estadísticos objetivos, las condiciones de vida de los niños y niñas menores de 5 años en la ciudad. Su propósito es contribuir a la Administración Distrital a trazar políticas públicas basadas en evidencia y promover la participación informada de la ciudadanía en decisiones dirigidas a garantizar el bienestar de la Primera Infancia en Bogotá.

 

  • El programa Bogotá Cómo Vamos nació en 1998 como un ejercicio ciudadano, independiente e imparcial. Desde entonces, se ha caracterizado por ejercer control social a la gestión pública de la capital, medir las transformaciones y realizar una veeduría propositiva que fomente la rendición de cuentas de las diferentes administraciones frente a los temas que afectan la calidad de vida de los bogotanos. La Fundación Corona, El Tiempo Casa Editorial, la Pontificia Universidad Javeriana y la Cámara de Comercio de Bogotá se unieron para conformar esta iniciativa ciudadana, la cual ha sido replicada en otras ciudades de Colombia y en países de América Latina y el Caribe.

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Día Mundial del Sida

El primero de diciembre la ONU conmemora el Día Mundial del SIDA. Se hace con un mensaje de «Igualdad ya» que busca dar cuenta y tomar acción sobre las desigualdades que se han perpetuado para que el Sida siga siendo una enfermedad presente en el mundo.

Desde Bogotá Cómo Vamos hacemos un contexto con cifras sobre el comportamiento de esta problemática. En el periodo de enero a 30 de junio de 2022 se han reportado en la ciudad 2.373 casos confirmados, lo cual implica un aumento de 440 casos si comparamos el mismo periodo en el año 2021. Las localidades que concentran las mayores tasas de casos reportados en Bogotá se encuentran en la zona centro oriental de la capital, en las localidades de Candelaria, Santa Fe y Mártires. Si bien observamos un aumento en casos en el primer semestre de 2022, es importante anotar que la tasa de mortalidad producto de esta condición es menor a la tasa reportada para el mismo periodo en el año 2021. La tasa de mortalidad para el 2022 fue de 2,1 muertes por cada cien mil habitantes, mientras que en el 2021 fue de 2,9; 63 muertes menos en este año comparado con el año pasado.

La campaña que lidera ONU SIDA está orientada a llevar el mensaje de que el VIH/SIDA es una enfermedad completamente prevenible y que su permanencia en el tiempo responde a la desigualdad en términos de disponibilidad y acceso a servicios para la prevención y tratamiento. Así mismo, es importante garantizar el intercambio y acceso igualitario a la tecnología para atender los casos de VIH/SIDA y, naturalmente, incidir en leyes, políticas y prácticas para que no perdure la exclusión y estigma con las que viven las personas contagiadas.

Por: Felipe Mariño, director de Bogotá Cómo Vamos

director@bogotacomovamos.org

Columna de opinión publicada en Diario ADN, 01 de diciembre de 2022

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Oportunidades y seguridad

¿Quién gana con el conflicto violento que viven Colombia y Bogotá?

Desde hace semanas ha habido noticias del recrudecimiento de la violencia en Colombia y Bogotá no es la excepción. Si bien la ciudad tiene mayor presencia institucional para mantener el estado de derecho, está lejos de escapar de las dinámicas violentas de las disputas del narcomenudeo, extorsiones y contrabando, entre otras fuentes de financiación, de la delincuencia común y organizada de la ciudad. Pero ¿Quién gana con el conflicto violento que viven el país y la capital?, y, aún más importante, ¿quiénes pierden?

Los resultados en materia de seguridad y convivencia en Bogotá son disímiles. Primero, según la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia, julio de 2022 cierra con una reducción en los homicidios cercana al 15 %, ofreciendo un escenario optimista de cara a la posibilidad de cumplir la meta histórica de tener menos de 1.000 homicidios en un año. Sin embargo, lo anterior contrasta con el aumento de homicidios por modalidad de sicariato. Según el estudio sobre sicariato de Futuros Urbanos, que parte de los datos de SIEDCO -PONAL, el 2021 fue el primer año en el que el sicariato (39 %) superó a las riñas (34 %) como principal modalidad de homicidio en Bogotá (comportamiento desde el 2017 hasta el 22 de agosto del presente año) y configura un escenario pesimista frente a la consolidación de esta modalidad como la más frecuente, de mantenerse la tendencia actual.

Al profundizar en la caracterización de los homicidios, el panorama es aún más devastador si observamos la aparente imposibilidad de prevenir y controlar la violencia focalizada en las poblaciones históricas de mayor incidencia, como los jóvenes, y en territorios históricamente golpeados por este flagelo. Para 2021, el 46 % de las víctimas de homicidios estuvieron en el rango de 15 a 29 años, esta concentración no evidencia cambios sustanciales en lo que va del 2022 ni ha presentado cambios relevantes históricamente. Así mismo, 14 UPZ (12,3 %) de las 113 de Bogotá concentraron el 46 % de los homicidios, destacando territorios donde históricamente se presenta esta problemática como: Bosa occidental, Ismael Perdomo y Lucero en Ciudad Bolívar, Corabastos y Patio Bonito en Kennedy, la Sabana en Los Mártires y El Rincón y Tibabuyes en Suba.

De igual forma, en el último informe de la Global Oportunities Youth Network – GOYN encontramos que buena parte de las UPZ arriba mencionadas son las que mayor cantidad de jóvenes con potencial (jóvenes que ni están estudiando, ni están trabajando o que trabajan en la informalidad) concentran. Es así como Tibabuyes, Bosa Central, El Rincón, Lucero e Ismael Perdomo son las UPZ con mayor número de jóvenes con potencial y La Sabana, Lucero nuevamente, Marco Fidel Suárez, Corabastos y Jerusalén son las que mayor porcentaje de jóvenes no están accediendo a oportunidades de formación o de empleo formal. La literatura es extensa cuando se trata de estimar las correlaciones entre estos factores y la violencia, pero valdría la pena hacer el análisis para el caso de la Bogotá actual, sobre todo, abordando la problemática desde la sostenibilidad de una ciudad incapaz de proteger la vida de los jóvenes en el marco de una perspectiva de derechos.

Para responder a las preguntas formuladas al inicio de esta columna: los ganadores son los grupos delincuenciales que reciben rentas criminales y hacen demostraciones de poder a través de torturas y sicariato; y los perdedores, los jóvenes y los territorios históricamente privados de oportunidades.

El llamado es a subir el volumen, la inversión y el seguimiento a las políticas de prevención del crimen y la violencia focalizada en poblaciones en riesgo, territorios y conductas. Así mismo, a promover acciones transectoriales que busquen atender, desde la Administración Distrital, en coordinación con la nación y más allá de las fronteras institucionales y burocráticas, la solución a estas problemáticas.

Por: Felipe Mariño, director de Bogotá Cómo Vamos

director@bogotacomovamos.org

Columna de opinión publicada en periódico EL TIEMPO, 02 de septiembre de 2022