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Inclusión y equidad en la reactivación económica de Bogotá

Para una recuperación inclusiva y equitativa, Bogotá adoptó políticas orientadas a tres ejes.

Bogotá Cómo Vamos en conjunto con investigadores de Alianza EFI y el equipo técnico de UR Equidad de la Universidad del Rosario realizaron el análisis del capítulo de Economía y Pobreza del Informe de Calidad de Vida 2021. El proceso de recuperación económica postpandemia no se trató solamente de acelerar la reactivación económica, sino de hacerlo con un enfoque inclusivo y de equidad que mitigara las brechas que se profundizaron como consecuencia de la pandemia.

Bogotá adoptó este reto desde tres ejes: Un eje de subsidios y transferencias a nivel distrital, dentro del cual se resalta el programa Bogotá Solidaria en Casa como una de las primeras apuestas en América Latina para constituir una Renta Básica Universal; un eje de género y economía del cuidado, destacándose las manzanas del cuidado para relevar a miles de mujeres de las exigencias del trabajo doméstico no remunerado; y, finalmente, un eje de recuperación del empleo enfocado en acciones específicas de promoción para los grupos sociales más vulnerables.

Las diversas apuestas de política pública adoptadas en el marco de la recuperación económica permitieron ampliar el horizonte de atención de la red social del Distrito Capital. En Bogotá, 849.542 hogares recibieron algún tipo de transferencia monetaria periódica durante el transcurso de la pandemia que, complementado por las apuestas de generación de empleo como el subsidio de nómina y de acceso a crédito, fortalecieron la liquidez de los hogares más vulnerables. La respuesta del distrito también permitió poner a prueba la red de cuidado distrital, beneficiando a 24.000 mujeres microempresarias, 15.000 niños y adolescentes en condición de vulnerabilidad, y 23.338 adultos mayores atendidos en el marco de las apuestas de género y economía del cuidado.

Si bien hemos escapado a lo peor de la pandemia, los datos de la recuperación para Bogotá en el 2021 nos invitan a no descuidarnos en la consecución de las metas propuestas. A pesar de que 327.324 personas lograron salir de la pobreza en el 2021, representando aproximadamente el 23,4 % de la reducción de la pobreza a nivel nacional, la ciudad aún presenta niveles de pobreza y desigualdad históricamente altos, sobre todo entre grupos de especial vulnerabilidad.

En la misma línea, persisten impactos importantes sobre mujeres, migrantes y de estratos bajos que debemos atender. Por ejemplo, si bien es cierto que, algunas apuestas de política pública estuvieron encaminadas a reducir la brecha de género, se observó que estas persistieron entre el 2020 y el 2021. En específico, la proporción de mujeres en trabajos no remunerados y labores de cuidado superó a la de los hombres en 19,1 p.p. En el caso de la población migrante venezolana, su nivel de pobreza monetaria ha continuado en aumento pasando de estar en un 66,9 % en 2020 a un 70,6 % en 2021, similar a lo que ha sucedido con las personas de los estratos 1 y 2, cuyo nivel de pobreza aumentó del 45,9 % en 2020 al 48,2 % en 2021.

 

Por Carlos Eduardo SepúlvedaDecano de Economía de la Universidad del Rosario. Líder capítulo de Economía y pobreza Informe de Calidad de Vida 2021, Bogotá Cómo Vamos.

Publicado en El Tiempo, 09 de septiembre de 2022

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Pobreza en Bogotá: más allá de la pandemia

¿Qué pasa con la situación de pobreza en Bogotá? Las últimas cifras del DANE evidencian que la personas en pobreza monetaria en la capital del país (3.357.585) alcanzan a ser un poco más que la población en Cali y Cartagena, mientras que aquellas en pobreza extrema (1.098.662) a la de Barranquilla. Por otro lado, la línea de pobreza se ubicó en $455.030, lo que significa que acceder a necesidades básicas es más costoso que en cualquier otra ciudad.

No obstante, el tema que más puede preocupar es la tasa de pobreza. En el 2012 era del 27%, el mismo valor que en el 2019 (27,2%); es decir, la ciudad se acercaba a una década de estancamiento y el Covid-19 fue un detonante que la aumentó en un 12,9%. Estos datos permiten inferir que la pandemia no es la única responsable, la ciudad ya presentaba desafíos antes de la crisis sanitaria. Teniendo en cuenta esto, la pobreza en Bogotá debe ser analizada desde sus causas estructurales y la coyuntura.

Desde el análisis estructural, vale la pena resaltar lo siguiente: lo primero, teniendo en cuenta los datos 2017 de la Encuesta Multipropósito, el 50,5% de las personas vivían en estratos 1 y 2; la ciudad tenía un número significativo de hogares que podían caer en situación de pobreza a causa de externalidades como, por ejemplo, la pandemia. De igual manera, la tasa de informalidad venía presentando un descenso lento, pasando de 45,5% en 2010 a un 40,6% en 2019; entonces, las fuentes de ingresos de un porcentaje de hogares dependían de actividades con menor grado de especialización y de cobertura a protección social como salud y pensiones. Bogotá tenía un mercado laboral con un grado de precarización relevante que no se estaba transformando.

Segundo, en cuanto al coeficiente de Gini se venía evidenciando un aumento: pasó de 0,498 en 2017 a 0,559 en 2020. La ciudad ocupa el primer lugar con mayor desigualdad en el país, en comparación con los principales dominios y 13 ciudades y áreas metropolitanas, le siguen Cali (0,523), Cúcuta (0,522) y Medellín (0,52). El modelo de bienestar presentaba asimetrías, exclusión e inequidades para la mayoría de la población.

Ahora, a parte de las causas estructurales, se sumó una pandemia que frenó el proceso normal de la actividad económica. Bogotá ha sido una de las ciudades con mayores restricciones del país con consecuencias en todo su aparato productivo. Según el 4° boletín del Observatorio para el seguimiento de la atención de la emergencia y reactivación de Bogotá después de un año de la pandemia, si bien la ciudad representa el 26% de los ingresos, fue responsable del 37% de las pérdidas de ingresos nacionales en enero; sumado a que en el 2020 Bogotá y Barranquilla registraron la mayor caída en la creación y renovación de empresas.

Las cifras del DANE evidencian estos hechos. Analizando la incidencia de pobreza por ciudades, Bogotá aportó el 31,3% en el aumento del total nacional, seguida por Cali con un 10,6%. La capital ha sido uno de los territorios más afectados en términos socioeconómicos a causa de la pandemia.

Ante este escenario, se hacen necesarias propuestas urgentes y estructurales. La situación de pobreza hoy requiere ampliar las medidas para su contención, como: aumentar y garantizar las transferencias monetarias y ayudas alimentarias que brinden protección social; por lo menos hasta que la pandemia no impida la actividad económica de manera natural. En ese sentido, a la luz del presupuesto y del cupo de endeudamiento aprobado el año pasado, cobra importancia analizar la posibilidad de redistribuciones presupuestales que permitan aumentar la mitigación de los impactos derivados por la pandemia y que se sumen a las transferencias del Gobierno Nacional. Este sentido de urgencia también podría ser concretado en temas como, por ejemplo: flexibilizaciones en el entorno empresarial, como: menores restricciones para la creación de empresas, empleo formal, responsabilidades tributarias, entre otras.

Por otro lado, como lo ha mencionado la CEPAL, es el momento de apuntar a una recuperación transformadora para el desarrollo sostenible; es decir, una estrategia que combine la recuperación económica con la superación del modelo vigente. Esto implica, incrementar la participación de algunos sectores en la economía y desincentivar a otros por razones ambientales, de igualdad o tecnológicas. Por ejemplo, apuestas estratégicas como la movilidad sostenible, la economía digital inclusiva y la industria manufacturera para el cuidado de la salud, pueden alentar una recuperación sostenible e inclusiva.

Los hechos de los últimos días, sumados a los datos de pobreza en la ciudad, son un llamado ciudadano a que es el momento de recuperar la confianza, juntar esfuerzos, dialogar y construir en conjunto un modelo diferente de bienestar que proporcione las oportunidades y derechos mínimos para todas las personas; trabajando por el mejoramiento de la calidad de vida de la población.

Por: Felipe Bogotá, director de Bogotá Cómo Vamos

director@bogotacomovamos.org

Columna de opinión publicada en Periódico EL TIEMPO, 8 de mayo de 2021