La semana pasada despertamos con la noticia de un niño de 11 años que fue agredido y atado a un árbol en la zona rural de Ciudad Bolívar. El caso no es circunstancial: en 2.013 esta localidad reportó 1.225 casos de violencia intrafamiliar de los 3.617 de toda la ciudad, según cifras de la Policía Nacional. La proporción es alarmante si analizamos a Suba, la segunda localidad con el mayor número de casos, que llegó el año pasado a 516, teniendo 450.000 habitantes más.
Por supuesto, estas estadísticas dependen de las víctimas, lo cual puede evidenciar un aumento en las denuncias, pero también, un sub registro de los casos que no llegan a las autoridades. Aunque Ciudad Bolívar redujo en un 17% los casos reportados entre 2012 y 2013, la violencia al interior de las familias es un indicador de la problemática de seguridad y convivencia en esta zona. No en vano, un estudio revelado a comienzo de año por la Policía afirma que el 50% de los todos delitos en Bogotá se concentran en 6 localidades: Ciudad Bolívar, Bosa, Rafael Uribe, San Cristóbal, Kennedy y Suba.
El balance de la ciudad en su conjunto, tampoco es alentador. Desde 2010, cuando se alcanzó el pico de 3.860 casos de violencia intrafamiliar, la tendencia venía a la baja, alcanzando en 2012 la menor cifra de los últimos 5 años: 3.170. El año pasado tuvimos 447 casos más. Detrás, están las historias de madres, hijos o abuelos bogotanos que son víctimas o están expuestos a serlo.
Iniciativas como la “Semana del buen trato” contribuyen a hacer frente al problema desde la pedagogía ciudadana, pero se requieren más acciones para regresar a la tendencia a la baja que venía consolidándose desde 2010.