Nueve de cada diez personas respiran aire con altos niveles de contaminación y, anualmente, unos siete millones fallecen en el mundo por la contaminación del aire en espacios abiertos y cerrados, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Bogotá, de acuerdo con datos de la Secretaría Distrital de Salud, ocurrieron 2.165 muertes en el 2017 atribuidas a la contaminación del aire capitalino.
En el caso particular de la mortalidad atribuida a material particulado PM2.5, en la ciudad, se estima que 32,3 muertes por cada 100.000 habitantes son por enfermedad isquémica cardiaca (en mayores de 25 años); 9,5 muertes por cada 100.000 debido a enfermedad pulmonar aguda baja (en mayores de 30 años); 1,7 muertes por cáncer de pulmón (en mayores de 30 años); 6 muertes por accidente cerebrovascular (en mayores de 25 años) y 1,7 muertes por Infección Respiratoria Aguda –IRA (en menores de 6 años).
En promedio, unos 40.000 casos de IRA, en menores de 5 años, son producto de la contaminación del aire, de acuerdo con cifras oficiales.
Frente a estas cifras y a las recientas alertas ambientales decretadas por el Distrito en razón de la contaminación del aire capitalino, Bogotá Cómo Vamos está liderando una serie de mesas técnicas para recopilar propuestas que contribuyan a mejorar la calidad del aire en la ciudad. En ellas tienen asiento representantes del Distrito, de la Academia, del sector empresarial, de los gremios y de organizaciones de la sociedad civil.
Evaluar el impacto de las medidas, mejorar el sistema de vigilancia, monitorear la exposición de la población a los contaminantes, trabajar de la mano con la Academia, impulsar un cambio de tecnologías en el transporte, mejorar el estado de la malla vial, integrar indicadores de monitoreo con la región y fortalecer el trabajo intersectorial en calidad del aire son algunas de las primeras propuestas -que surgieron en la mesa del pasado 13 de febrero- para avanzar en la construcción de lineamientos de política pública que permitan mejorar la calidad del aire que respiran los bogotanos.
Hoy, el 65% de los capitalinos está insatisfecho con la calidad del aire en la ciudad, según la Encuesta de Percepción Ciudadana 2019 del programa Bogotá Cómo Vamos. Al mirar los datos por zonas de la ciudad, se registra una mayor insatisfacción en las zonas Centro (Puente Aranda, Mártires, Candelaria y Santa Fe) y suroccidente; en ellas, cerca de 7 de cada 10 bogotanos están insatisfechos con la calidad del aire.
Niveles de material particulado
El material particulado contiene compuestos orgánicos e inorgánicos: en él están presentes partículas de combustible, de metales, polvo, polen, moho, cabello y arena, entre otros.
“Cuando miramos el nivel de concentración de la media anual de materia particulado PM10 y PM2.5 en Bogotá vemos que está por debajo de la norma nacional pero se encuentra muy lejos de cumplir con el estándar mundial de la OMS”, afirma Omar Oróstegui Restrepo, director del programa Bogotá Cómo Vamos.
Las condiciones de contaminación en la ciudad -agrega- permanecen durante todo el año; lo único que cambia es la condición atmosférica, particularmente en febrero y marzo, la cual contribuye al aumento de la concentración de los contaminantes en el aire, lo que ha derivado en alertas ambientales. “Las medidas que se toman suelen ser las mismas, dado que responden a una coyuntura. Es importante avanzar, de manera intersectorial, y con el apoyo de los municipios vecinos, en decisiones más robustas que contribuyan a reducir las emisiones en el mediano y largo plazo”, sostiene el director.
Hoy, el transporte aporta el 79% de las emisiones y la industria, el 21%. En material particulado PM10, los vehículos de carga aportan el 38% y el 27% lo aportan automóviles, camperos, camionetas y transporte especial (fuentes móviles). Por su parte, las calderas que utilizan carbón a gran escala y los hornos ladrilleros aportan el 74% de las emisiones de PM10 (fuentes fijas).
“En 14 de los primeros 43 días del año se incumplió la norma nacional de los niveles permitidos de PM10 y PM2.5. La situación es particularmente crítica en el suroccidente de la ciudad, donde hay mayor presencia de fuentes industriales, vías sin pavimentar y transporte de carga”, indica el ingeniero civil y ambiental Ricardo Morales, docente de la Universidad de los Andes. Allí, en el suroccidente, dice el ingeniero, en uno de cada 6 días las personas están expuestas a elevados niveles de contaminación. La zona más contaminada por PM2.5 es el suroccidente y la menos contaminada, el nororiente.
De allí la recomendación de expertos de hacer mediciones poblacionales. “Una cosa es el nivel de calidad del aire y otra la estimación de exposición humana a la contaminación ambiental. Hay que pensar en métricas como el valor de exposición, monitoreos personales… Actualmente se hacen mediciones ambientales en promedios de 24 horas y es importante trabajar promedios más cortos, de 12, 6 o 1 hora”, señala el profesor Luis Jorge Hernández, director de la maestría en salud pública de la Universidad de los Andes.
De igual forma, añade, es importante brindar al ciudadano información, en tiempo real y de forma oportuna, sobre la calidad del aire y sus posibles efectos en salud.
En los meses de febrero y marzo, indica el ingeniero Morales, las concentraciones de material particulado prácticamente se duplican; de hecho, entre el mes con menos emisiones y el mes con mayor concentración de éstas, la diferencia es de 15 microgramos por metro cúbico.
En el caso particular de los incendios forestales, que han sido señalados como una de las principales causas de la contaminación del aire de la ciudad, el profesor Morales asegura que éstos tienen un impacto considerable en el nivel de concentración de material particulado: aportan hasta 3 microgramos por metro cúbico.
Por su parte, la Secretaría Distrital de Ambiente asegura que, en la última década, el material particulado PM10 se ha reducido en un 40% en la ciudad. Reducciones de otros contaminantes: dióxido de nitrógeno, en un 18%; monóxido de carbono, en 24%; óxidos de azufre, en 78% y ozono, en un 14%.
No se ha cumplido Plan Decenal de descontaminación del aire
“El plan decenal de descontaminación del aire en Bogotá fue un ejercicio riguroso que no se ha cumplido”, afirma Omar Oróstegui Restrepo, director de Bogotá Cómo Vamos
Para el sector industrial y el transporte de carga, este plan estipuló medidas como: uso del sistema de control de emisiones; conversión del carbón a gas natural y restricción de la circulación a vehículos de transporte de carga con 2 o más ejes (Calle 13). En el caso del transporte de carga, de los 70 mil vehículos que circulan en Bogotá, según la Secretaría Distrital de Ambiente, solo el 28% están matriculados en la ciudad y más del 96% del parque automotor de carga es de modelo anterior a 2014.
Para el transporte privado, el plan consignó el uso de sistema de control de emisiones en vehículos de transporte de carga; uso de sistema de control de emisiones en motocicletas y renovación de la flota de vehículos particulares.
Para el caso del transporte público, se definió la implementación del sistema integrado de transporte público y la instalación de filtros de partículas en buses y busetas que entrarían a ser parte del SITP.
Otras medidas complementarias que trae el plan: automatizar los reportes de información (toma de datos en operativos de control a fuentes fijas y móviles); optimización operacional de la flota de taxis; continuar con la socialización de la actualización normativa del Programa de Autorregulación Ambiental – PAA; mantener actualizado el inventario de emisiones de fuentes fijas industriales y comerciales y avanzar en la implementación de la medición de partículas y gases mediante el uso de sensores remotos.
De acuerdo con el subdirector de calidad del aire, auditiva y visual de la Secretaría de Ambiente, Oscar Ducuara, la participación de fuentes industriales que usan gas natural pasó de 70,3% (1.191 fuentes) en 2008 a 87,3% (1779 fuentes) en 2018 y entre 2016 y 2019 se impusieron 87 medidas preventivas de cierre por el incumplimiento de la conversión de carbón a gas natural.
La emisión de material Particulado PM10 atribuida al sector industrial, dice, se ha reducido en más del 55% entre 2014 y 2018, pasando de 1.077 a 482,5 toneladas.
En cuanto a los filtros de partículas en buses del SITP, según el funcionario, se derogó la obligatoriedad del uso de los mismos, ante las demandas de los concesionarios en temas financieros (altos costos) y técnico-operativos (aumento de consumo de combustible entre un 2% y un 4%).
A junio de 2020 habrán ingresado a la flota de Transmilenio 700 vehículos Diésel Euro V con filtro de partículas. La participación de tecnologías EURO V o superior, incluidos filtros, en el SITP se ha incrementado de 33,1% a 59,3% entre 2014 y 2018, puntualiza Ducuara.
Uno de los principales desafíos de la ciudad es hacerle un corte de cuentas al Plan Decenal de descontaminación del aire y ajustarlo a la nueva dinámica de la capital para lograr, de manera efectiva, mejorar el aire de la ciudad.